Hace tiempo que tenía ganas de preparar algún postre y buscar algún vino para compararlos, y especialmente con mi favorito Pedro Ximénez Tradición.
El vino elegido fue Naranja de Oro Díaz, que encontré por casualidad en un curso de cata de vinos en Madrid, donde compré una botella para probarlo, y me sorprendió primero por lo oloroso a naranja amarga que tiene y segundo por el aterciopelado sabor y la persistencia final anaranjada que deja, lo que hace que se disfrute bastante.
Como tampoco tengo mucho tiempo para dedicarme a preparar los postres, que luego me toca comerlos, pensé que estaría bien comprar productos ya elaborados para que también sea más fácil de encontrarlos. Como por otro lado, no me une nada a las bodegas Tradición y Díaz de estos vinos jerezano y onubense, respectivamente, no iba dedicarle más tiempo del necesario, ya que era sobre todo para tener unas ideas más claras para incluirlas en algunas de las comidas o cenas que suelo preparar.
La idea que tenía era preparar o buscar una selección de postres típicos y navideños, que a pesar de haber pasado ya la época, siempre es bueno recordar las festividades más familiares; y como en mi visita al XXV Salón de Gourmets Madrid 2011 pude conocer algunas empresas y probar sus productos, pues que mejor que incluirlos en la selección.
Pero antes de nada, hace falta analizar los vinos en cuestión …
Pedro Ximénez Tradición: Este vino generoso de Jerez de la Frontera, destaca sobre todo porque lleva una crianza de 22 años lo que hace que sea un caldo muy elaborado con unas características muy concentradas. Su color caoba es realmente intenso y junto a su olor a higos y pasas con un toque a frutas y caramelo, hacen que ya se te haga la boca agua, pero al probarlo sentirás el aterciopelado dulzor que perdura muchísimo.
Naranja de Oro Díaz: Este vino también generoso con un color caoba también intenso pero con un tono teja o castaño es muy denso. Al olerlo llama la atención su persistencia y amplitud con su característico naranja. En boca es sobre todo suave, maduro, redondo y con mucho cuerpo.
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Con respecto a los postres seleccionados, finalmente me decidí por:
– Caballitos de queso fresco natural de Burgos de Hacendado y membrillo de Emily foods
– Chocolate con 70% de cacao y vainilla
– Chocolate sueco de Oomuombo
– Mazapanes tradicionales de Toledo
– Tarta de manzana con canela
– Tarta de manzana tradicional sueca
– Turrón de Alicante de Antiu Xixona
– Turrón de Jijona de Antiu Xixona
Después de ir probando y comparando, y todo sea dicho disfrutando de tantos dulces, el resultado fue que para cada vino los postres que mejor maridan son …
Pedro Ximénez Tradición
– Chocolate con 70% de cacao y vainilla
– Chocolate sueco
– Mazapanes tradicionales de Toledo
– Tarta de manzana con canela
– Tarta de manzana sueca
Naranja de Oro Díaz
– Caballitos de queso fresco y membrillo
– Chocolate sueco
– Turrón de Alicante
– Turrón de Jijona
Conclusiones:
– Me ha sorprendido mucho que los turrones maridaran muy bien con Naranja de Oro frente al generoso jerezano, sobre todo porque el sabor semi-amargo anaranjado enaltece el de la almendra tostada.
– Sobre los chocolates, el postgusto a higo del Pedro Ximénez Tradición siempre combinará muy bien con chocolates fuertes, aunque otros como el chocolate sueco, al ser más suave es más fácil encontrar otros vinos con los que emparejarlos, por lo que cualquier vino generoso será buen acompañante con ese tipo de chocolate.
– Para los mazapanes, me ha sorprendido que no combinara bien con el vino de Huelva, como los turrones, pero el sabor final de naranja enmudece el dulzor del mazapán, en cambio con el vino de Jerez es al revés, lo envuelve y lo hace más intenso en boca.
– Sobre las tartas de manzana, sigo encontrando el vino jerezano el perfecto acompañante, ya que no desvirtua el sabor de la manzana, cosa que pasaba con el generoso onubense.
– Y el membrillo, la verdad es que con Naranja de Oro, si que combinaba muy bien, sobre todo por la combinación de sabores que deja en boca, pero en cambio con Pedro Ximénez Tradición no lo veo bien porque se pone por delante dejando en un puesto ínfimo el dulzor del membrillo.
Espero que esta comparativa te sirva para aclarar las dudas de uno y otro vino y además puedas acertar cuando lo incluyas en alguna cena o comida como colofón final.
Y como siempre estoy dispuesto a probar cosas nuevas, te invito a proponer algún postre para estos vinos y ver que resultado final se consigue.
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