La calidad de los vinos españoles es reconocida por muchos importadores, críticos y publicaciones especializadas, que reconocen la excelente calidad del vino español. Valga como ejemplo el hecho de que Robert Parker haya tomado la decisión que Jay Miller visite España varias veces al año para catar y puntuar los vinos españoles en las regiones donde se producen. Ello es un reconocimiento al potencial de España ya que esto sólo lo hace Wine Advocate con regiones como Burdeos, California, Ródano y pocas más, pero sobre todo porque Parker puso de moda los vinos españoles en 2010.
España además, produce vinos en cantidad suficiente como para tener un impacto mundial. Por algo este país se le llama «el viñedo más grande del mundo» ya que es el país con mayor extensión de viñas plantadas del mundo. Y a su vez, España tiene una enorme diversidad de estilos y de varietales autóctonos lo cual cada día va a coger mayor relevancia ya que muchos consumidores de todo el mundo comienzan a buscar nuevas regiones y uvas diferentes.
Pero es la relación calidad-precio el arma más importante.
En épocas en las que los bolsillos van apurados, los mercados que han aumentado el consumo lo hacen pero buscando vinos de calidad al un precio más bajo y España tiene el producto y el precio para ello.
Hay que tener en cuenta que un buen vino no requiere gastarse más dinero, hay vinos de magnífica calidad a un precio inferior a los 10 euros, que de hecho ha sido el límite económico que muchos consumidores han establecido para no sufrir los abusos de algunos comercios, pero sobre todo por el desconocimiento sobre vinos y viendo más por el bolsillo.
Una respuesta a “La crisis del vino español (3 de 6): El punto fuerte”