Bueno, bueno, ya estamos en pleno otoño, como se suele decir, la época más fea e incómoda del año, y no es para menos, ya que el tiempo no acompaña precisamente, con tanto frío, viento, niebla, lluvia, y una depresión que te viene encima nada abrir la ventana por la mañana, recordando esos momentos de verano, que el sol iluminaba con fuerza y calentaba con sus primeros rayos.

Así que para animar y sobre todo recordar esos momentos veraniegos, he pensado que nada mejor que un postre, pero un buen postre con helado y acompañado con fruta que evoca una ambiente cálido y he buscado darle un toque dulzón, pero que destaque el frescor de cada fruta.

Este es un postre que ya preparé hace tiempo, pero que he pensado que estaría genial para alguna cocina otoñal para animarse un poco.

País de origen del plato: Elaboración propia.

Tiempo de preparación: 5 minutos

Tipo de plato: Postre

Ingredientes para una persona:

• 1 nectarina
• 1 pera
• 1 plátano
• 1/4 de queso blanco
• 1 bola de helado de chocolate, nata o vainilla
• canela y jengibre
• 1 cucharada sopera de Pedro Ximénez

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Elaboración:

Corta la fruta y el queso en trozos medianos, mézclalos y repártelos en la copa.

En un vaso, echa la cucharada de vino y espolvorea el jengibre, y cuando esté bien mezclado, échalo a la fruta.

Añade una bola de helado, pero si no quieres, puedes no echarla, aunque no estará igual de bueno, ya que el helado cuando se va deshaciendo y se mezcla con la fruta, queda mucho mejor.

Espolvorea la canela.

Déja reposar un minuto o dos para que la fruta absorva el vino y se desaga un poco el helado.  Y listo para servir y disfrutarlo.

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Vino recomendado:

He utilizado un Pedro Ximénez valenciano, ya que es un vino suave y no tan intenso que al mezclarlo con el jengibre, ya de por si conseguirás un sabor meloso pero a la vez con un regusto seco, pero que al absorverlo la fruta, el resultado final será más intenso, pero con el queso dará un sabor realmente interesante.