La semana pasada, tenía pensado preparar un bizcocho con manzanas para un fika y acompañarlo de un café con leche; así que me puse a buscar recetas en mis blogs habituales, y ahí estaba!, Tarta de manzana y ciruelas con bizcocho genovés en el blog Food&Cakes de Gemma.
Así que pensé que esa Genovesa o también llamado Bizcocho genovés, con algunas manzanas sería ideal para mi objetivo, por lo que me puse manos a la obra y aquí tienes la receta y el resultado final.
Hace meses que tenía dándole vueltas emparejar un risotto con un vino tinto, pero como muchas ideas, la tenía guardada para encontrar el momento más adecuado para llevarla a cabo.
Hoy mientras estaba escribiendo un artículo en el blog sobre Suecia que tengo para dar a conocer este país nórdico, que como ya sabrás se llama Svea y Pablo, pues se me ocurrió que hacía mucho tiempo que no preparaba un risotto, de esos que suelo pedir en algún restaurante italiano en Suecia; por lo que en una pausa, me puse a buscar recetas de risotto que hubieran preparado las distintas blogueras a las que habitualmente suelo seguir, y dicho y hecho, encontré la receta para preparar un almuerzo especial para hoy.
Hace unas semanas, me llamó la atención una receta que publicó Beatriz en su blog To be Gourmet [tobegourmet.com], un blog que suelo leer, desde hace unos pocos meses, y desde el primer momento he considerado un blog elegante y detallista, lo que valoro bastante.
Volviendo con el tema del risotto, en el blog de Beatriz encontré una receta que era de Risotto de manzana y gorgonzola [https://www.tobegourmet.com/risotto-de-manzana-y-gorgonzola-receta/] y como suele decirse «se me encendió la bombilla», por lo que pensé en prepararla y maridarla con un vino del que me quedaba una última botella de Londoño Crianza 2006 que me traje de España, y pensé que sería una buena ocasión para abrir esa botella, para aprovechar y emparejarlo con otro plato.
El plato resultante es muy cremoso y con el vino intensifica muy bien el sabor del queso gorgonzola sin resultar pesado.
A veces es bueno alternar recetas de varios países de tal manera que el resultado final sea un conjunto de aromas y sabores poco habituales.
La focaccia italiana es un pan muy fácil de preparar, aunque requiere un poco de tiempo, por lo que no es algo para improvisar, pero el resultado final, bien vale la pena.
Este pan es muy es un buen acompañante para unas tapas con chorizo criollo, fuet, salami italiano, o con un chorrito de aceite de oliva virgen con sal.
Preparar semblor en casa es casi habitual, a parte de la tradicional Fettisdagen, es frecuente a la hora de la merienda u ocasiones especiales, para alguna celebración.
Pero hasta ahora, para los niños se preparaba un semla para cada uno, y siempre sobraba, aunque personalmente no me quejaba porque luego me tocaba a mi lo que sobraba, ventajas de ser padre.
Pero cuando viene visita, ya no es lo mismo y como no me gusta que sobre comida, pensé que tal vez habría que preparar semblor más pequeños, aunque por otro lado eso implicaba estar preparando o comprando bollos de varios tamaños, así que pensé en otro alternativa más sencilla
En numerosas ocasiones he preparado este postre tan popular en Suecia, no sólo con la receta original sino también con mi propia receta, además suelo romper la tradición preparándolo para invitados a lo largo del año, independiente del famoso «Fettisdagen».
Ya que este pastelito se ha convertido en uno de los favoritos en casa, pensé que el día de los enamorados o un aniversario, merecería un semla especial, y aunque no sea una fecha especialmente celebrada en casa, si que podría ser una buena excusa para un fika especial.
Hace unas semanas ya publiqué una receta de risotto de manzana y gorgonzola con un vino tingo Londoño Crianza de 2006, pero se me planteó una duda y era como emparejarlo con un vino rosado y dado que tenía un rosado californiano que ya había comprado en varias ocasiones, y que me ha gustado bastante, pues nada mejor que emparejarlos, aunque finalmente he tenido que cambiar algunos ingredientes.
Pero antes de comenzar con la receta, propiamente dicha, un poco de historia. El origen del risotto se remonta al año 1574 cuando en pleno Renacimiento un joven italiano se enamoró de la hija de Valerio de Flandes, el creador de las vidrieras del famoso Duomo de Milán; el joven, muy aficionado a la cocina, preparó un exquisito plato donde predominaba el arroz para la celebración de su boda. El arroz elaborado con azafrán que le confería su tono tan característico dorado, con el plato resultante consiguió encantar a todos por su textura cremosa y se llegó a convertir en uno de los platos más famosos internacionalmente hablando.
El nombre de risotto, procede de una variación de riso, que significa arroz en italiano y en la actualidad es una de las formas más comunes de preparar el arroz en toda Italia, de hecho los italianos suelen llamarlo «sopa seca», pues este arroz debe resultar lo suficientemente cremoso para poder llegar a degustarlo con un tenedor.
El Martes de carnaval, no es un martes cualquiera, en Suecia, ese día se llama Fettisdagen y está más que instaurada la costumbre de disfrutar de una de las delicias que otro día no sabe igual, dado que comerlo ese día tiene su encanto especial.
De hecho es el día perfecto para reunirse con familiares y amigos y comer juntos un semla o bollo de nata acompañado, de un café con leche, en cada reunión, y eso repetirlo tantas veces como seas posible, es gracioso escuchar los comentarios de la gente que dice que ha llegado a quedar hasta 15 veces con amigos (y por tanto comerse 15 semlor), ¡vamos! ni que fueran de Sevilla, pero aquí algunos también tienen un puntito exagerado.
Pero el objetivo del día es comer un semla cada vez, comprados, caseros, clásicos o innovadores, no importa pero comer al menos uno ese día, ya que de hecho es muy extraño encontrar alguien que no haya comido semlor ese día, bueno los que no son de Suecia, je je.
PabloD Gourmet 
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