Hace tiempo que tenía ganas de preparar algún postre y buscar algún vino para compararlos, y especialmente con mi favorito Pedro Ximénez Tradición.
El vino elegido fue Naranja de Oro Díaz, que encontré por casualidad en un curso de cata de vinos en Madrid, donde compré una botella para probarlo, y me sorprendió primero por lo oloroso a naranja amarga que tiene y segundo por el aterciopelado sabor y la persistencia final anaranjada que deja, lo que hace que se disfrute bastante.
Como tampoco tengo mucho tiempo para dedicarme a preparar los postres, que luego me toca comerlos, pensé que estaría bien comprar productos ya elaborados para que también sea más fácil de encontrarlos. Como por otro lado, no me une nada a las bodegas Tradición y Díaz de estos vinos jerezano y onubense, respectivamente, no iba dedicarle más tiempo del necesario, ya que era sobre todo para tener unas ideas más claras para incluirlas en algunas de las comidas o cenas que suelo preparar.
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